Cuando Drew Manning salió de detrás del biombo que representaba su antiguo yo el lunes, la audiencia del programa «Buenos Días América» quedó adecuadamente impactada.

El viaje de este entrenador de fitness había llegado a su final tras perder más de 31 kg …séis meses después de haber ganado la misma cantidad a propósito. «Como si nunca hubiese sucedido,» dijo el presentador, George Stephanopoulos.

«Más o menos,» Dijo Manning. Tanto él como su mujer, Lynn pueden atestiguar que de hecho mucho ha cambiado en este último año. Aunque el cuerpo de Manning haya vuelto a los abdominales marcados de sus mejores días, su mente, de muchas maneras, no lo ha hecho.

Drew Manning, más feliz con sus abs

El estar en forma es algo que le sale natural a Manning, ya que siempre fue un entusiasta del fitness. Es el tipo del gimnasio que al resto de personas le encanta odiar, aquel al que le gusta utilizar sus biceps para mover hierro en lugar de cambiar canales, y que prefiere beber un batido de espinacas a permitirse un brownie con crema.

Por eso, Manning era un entrenador «juzgador», como dice su esposa. «Miraba a alguien que tenía sobrepeso y decía, ‘Debe ser alguien realmente perezoso.'»

«Estaba convencido de que la gente utiliza la genética o excusas similares como excusa,» Escribe Manning en su nuevo libro, «Fit2Fat2Fit» (de en forma a gordo a en forma). «[pensaba] que o bien querías estar saludable o no querías.»

Definiendo el Nuevo Ideal de Cuerpo Masculino

Ese punto de vista no ayudaba a Manning a ayudar a sus clientes. Tras fallar una vez más en lograr que uno de ellos adelgazara, supo que algo estaba mal. Para entender mejor las luchas que enfrentaban sus clientes, tenía que enfrentarlas él mismo.

Dejó el gimnasio y comenzó a consumir comida basura, comida rápida y refrescos. En solamente séis meses, pasó de 87kg con 86 cm de cintura a 120kg con 121 cm de cintura.

Lynn vió la diferencia en su marido en menos tiempo. Se convirtió en alguien letárgico, paro de ayudar en casa y cada vez tenía menos ganas de jugar con su hija de 2 años.

«Estaba tan inseguro, diciendo ‘Estoy tan gordo. Me veo tan mal,’ quejándose constantemente de su aspecto,» decía Lynn.

Manning dice que no se dio cuenta de que los efectos sobre su ganancia de peso serían algo más que físicos. Alteraron sus relaciones y la confianza en sí mismo. Volver al gimnasio después de la etapa de ganar peso en su viaje lo hizo ponerse nervioso. El hecho de tener que hacer flexiones sobre sus rodillas fue casi humillante para él.

«La cosa más importante que aprendí es que no se trata sólo de lo físico. No es sólo el plan de comidas y los entrenamientos y todo eso. La clave está en las circunstancias mentales y emocionales. Me di cuenta de que esas circunstancias son reales.»

Por supuesto, Manning tuvo sus críticos. Los expertos dicen que esta idea fue peligrosa. Su presión sanguínea y su colesterol se dispararon con una ganancia de peso tan rápida. Pero Manning no se arrepiente. Los seguidores de su sitio web lo animaron con sus propias historias sobre perder peso.

«Vemos todas esas historias exitosas de gente perdiendo todo ese peso, pero ahora es más común,» dice él. «Ver a alguien hacerlo a la inversa a propósito –es sorprendente. Un equilibrio entre locura e inspiración.»

Manning sufrió dolores de cabeza al eliminar los refrescos y ansiedad por la comida en su camino para estar en forma de nuevo. Admite que el viaje fue más fácil para él que para la mayoría, pero ahora está encantado de poder dar consejos a otros que sigan sus pasos.

Lynn simplemente está encantada de tener a su marido de vuelta, quizás un poco mejor de lo que era antes. Antes de Fit2Fat2Fit, la auto descrita esposa cocinera elaboraba delicias que Manning ni siquiera se dignaba a mirar.

«Ahora le dan ansiedad,» dice ella con una risa. «Puede ser cruel, pero me gusta. Me gusta que se haya humanizado.»

Traducido del original en http://edition.cnn.com