¿Has terminado alguna vez un programa de entrenamiento sin ver resultados? ¿Era una rutina inteligente diseñada por un respetado entrenador? ¿Tus amigos hicieron la rutina y obtuvieron grandes resultados pero tú no?
¿Alguna vez te has visto forzado a completar un plan de entrenamiento porque simplemente no te motivaba? Quizás hasta te sentiste culpable por ello. O quizás no viste ningún beneficio, sino que asumiste que era debido a tu «mala genética». ¿O pensaste que el programa simplemente era malo, a pesar de que a otras personas parecía encantarle?
Esto es algo común. Y el problema no es el programa, tu ética de trabajo, o tu genética. El problema es que el programa de entranamiento no encajaba con tu perfil psicológico y neurológico, es decir, con tu tipo de personalidad.