Llegado el momento en que nos planteamos nuestras metas, y de esta manera comenzamos el trabajo buscando un final planeado, quizá no nos paramos demasiado a pensar el motivo por el cual queremos entrenar y qué motivaciones nos ofrece ese rendimiento extra que sacaremos de nuestro tiempo y esfuerzo: para unos es un ideal de belleza estética acorde con los tiempos, para otros buscar una funcionalidad acorde con su persona y capacidades, y algunos otros tenderán a buscar ese equilibrio entre desarrollo físico y funcionalidad.
Hébert lo significa claramente con esta frase: “La meta de la educación física no consiste en constituir especialistas en trepar, levantar o llevar, sino en hombres completos aptos para la carrera así como para trepar o escalar”.
Hay un tipo natural de desarrollo de la fuerza, el que se consigue a través de un trabajo convenientemente producido por unas rutinas adecuadas y que se traducen en cuerpos esbeltos y atléticos en contraposición con los cuerpos hercúleos de músculos gruesos y cortos que pudiéramos obtener con otros métodos de entrenamiento que ya conocemos todos y que por definición irían en contra de la esencia del método Heberiano.
Esa consideración dispar entre los dos métodos de entrenamiento, el “funcional” y el llamémoslo “mecanicista” constituye ese eterno dilema que quizá, y como se refería antes, no ha tomado lugar en nuestras mentes en el momento en que decidimos pasar del sedentarismo obligado por múltiples razones a la actividad física.
“El trabajo natural es una síntesis de todos los actos naturales pero con predominio del desplazamiento. Esto significa que la carrera constituye el ejercicio base fundamental”
Y dentro de esos ejercicios y ese valor que da Hébert para este entrenamiento natural, él los distribuye por orden de importancia en:
– Ejercicios de primer orden: los que obligan al desplazamiento propiamente dicho y donde se engloba la marcha, la carrera, el salto y todas sus combinaciones.
– Segundo orden: el desplazamiento con los cuatro miembros: cuadrupedia (paseos de animales) escalar, nadar o el equilibrismo.
– Tercer orden: el trepar, lanzar y los ejercicios de defensa.
Reflexiona ahora sobre el particular: ¿cuál es tu meta?
Traducción y resumen del original francés por Surgeon.
También podéis seguir la traducción (más literal y sin resumen) del libro de Hébert en: El método natural en español, en nuestro foro.