Por Geoff Neupert

Uno de los mejores libros sobre entrenamiento de fuerza que existen es «La Ciencia y Práctica del Entrenamiento de Fuerza» (Science and Practice of Strength Training) por Vladimir Zatsiorsky.

Este revela de forma simple el secreto de la fuerza. Es tan simple que muchos de nosotros, aún habiéndolo conocido con anterioridad, lo olvidamos rápidamente.

Se podría resumir en lo siguiente:

«Haz tanto trabajo como sea posible, tan frecuentemente como sea posible, estando tan fresco como sea posible.»

La última parte de esta frase es el verdadero secreto «tan fresco como sea posible».

Administra tu Fatiga

En muchos sistemas de entrenamiento se siguen una o varias de estas premisas:

– Lleva todo hasta el fallo muscular
– Siente la quemazón en los músculos.
– Tu mejor tiempo en cierto entrenamiento es X.

Tenemos lavado el cerebro en el sentido de creer que cuanto más cansados acabemos los entrenamientos, mejores serán los resultados. Desafortunadamente, más bien se cumple lo contrario.

press-una-mano-paul-anderson

Paul Anderson y una amiga. Más frescos que una lechuga.

Si quieres ver algún tipo de resultado importante, tienes que buscar una forma de manejar los niveles de fatiga. Si te castigas a ti mismo con entrenamientos brutales, más vale que estés teniendo una gran cantidad de sueño de calidad. Y eso sin importar cual sea tu objetivo, ya sea fuerza, perder grasa o acondicionamiento.

Si no puedes conseguir esa cantidad de sueño (el trabajo, el estudio y la vida en general se interponen) es mejor que pises un poco el freno, porque puedes estar dirigiéndote al muro del estancamiento.

Si tu vida tiene altos niveles de estrés o no puedes permitirte el lujo de dormir mucho (menos de 7 horas diarias), es mejor que si quieres tener resultados:

– Entrenes con menos frecuencia
– Descanses más entre series
– Hagas tus entrenamientos menos «intensos»
– Hagas tus entrenamientos más cortos

Hay bastante posibilidad de que si te encuentras estancado no estés viendo los resultados que quieres porque simplemente no te estás recuperando entre un entrenamiento y otro. Y eso puede ser porque esos entrenamientos son:

– Demasiado largos
– Demasiado duros
– Demasiado frecuentes
– Demasiado a secas

El manejar mejor la fatiga para algunos puede ser tan simple como apagar la televisión del dormitorio y grabar los programas en lugar de trasnocharse viéndolos. Para otros puede suponer dejar de entrenar 5 veces a la semana y comenzar a entrenar 3, o quizás pasar de 3 a 2 entrenos por semana.

O quizás, se trata de aprender como dejar de machacarse y empezar a entrenar. Más sobre esto próximamente.

Pero recuerda «tan fresco como sea posible»

Esa es la clave, ese es el «Secreto»


Traducido por Manuel Bento Falcón «Maokoto» de la newsletter de Geoff Neupert.