@Brutus y Ricardowsky, tenéis razón, pero delante tengo un jodido espejo y como buen narciso que soy si me miro demasiado la lío

Pero sí, tengo que mirar más adelante.
@Surgeon, antes cuando hacía barra alta y en repeticiones duras me fallaban los cuádriceps y tenía que recurrir al hip drive, el brazo de palanca que tenía que vencer el lumbar era aún mayor, así que aunque no lo parezca desde que he hecho el cambio a lo mejor se ve más "feo" pero noto mejor que antes la espalda baja. Pero le estoy dando bastante trabajo últimamente por este motivo.
SESIÓN LIVIANA Y DE ACONDICIONAMIENTO (09/07/2016)
Unos 82kg de peso, bien comido y descansado. Calentamiento a base 500m de trote suave, flexiones, cuelgues activos y pasivos, spiderman's walk.
A1. Dominadas supinas - BWx3x15.
A2. Fondos en paralelas- BWx3x15.
A3. Elevaciones de piernas en paralelas- BWx3x15.
B1. Remo inverso - BWx2x15
B2. Flexiones pies levantados 80cm- BWx2x20.
B3. Cuelgues pasivos en barra extragorda - BWx2x1".
C. 1,5km de trote - @70%
D. Sprints en colina 18º- 6x50m @90%.
E. 2km de trote - @90%
Seis de la tarde, sol reluciente, cantan los pajarillos y a través de mi ventana escucho las carcajadas de los niños jugando en la calle, que me hacen divagar de melancolía en malencolía a mis más tiernos recuerdos de infancia... vale, a quien voy a engañar, se reían niñas, ya creciditas, y a mi solo me incurrían pensamientos gañanes. El caso es que el panorama atardecía excelente para un buen entreno de sábado juliano. Así que sin pensarlo dos veces me he calzado el pantalón de fútbol que obtuve en segundo de la ESO en un "torneo bar manolo" (no en vano han pasado los años y con ellos, los cm de jamón al descubierto); lógicamente descamisado, pecho al sol veraniego e inflado como el de un gallo en celo, y me he dispuesto bajo el astro abrasador a correr a mi destino: el parque de barras por gracia de nuestro excelentísimo ayuntamiento.
Al principio de la carrera retumbaba en mis oídos una
BSO motivante y en un alarde de gallardía iba haciendo vibrar el asfalto mientras adelantaba a sorprendidos transeúntes que por mi determinación y aspecto apolíneo, debiéranse preguntar a qué supervillano me disponía a truncar los planes. Pero poco me ha durado ese arrebato de motivación, cuando no de estúpido optimismo. A los 50 metros de velocidad de crucero, chas, el hachazo. El solano, los excesos, el poco entreno las últimas semanas... todo ello condensado en unos tristes y paquidérmicos minutos en qué arrastrándome por la calzada, siendo sobrepasado por los triciclos de esos prepúberes hijos de puta que no se reían bajo mi ventana, he hecho el pena hasta llegar al parque. Pero lo hemos logrado y se ha sucedido un buen entrenamiento, entretenido por buscar la manera que se me proyectase más el sol, o la forma más eficiente de gestionar las muy necesarias excursiones a la fuente, amén de la concurrencia, con sobreabundancia de
pixapins en esta época del año, que después de una mirada fugaz prefería ignorarme -los maromos-, se fascinaba -los pequeños- o se sonrojaba -las parientas-.
Habiendo acabado esta fase del entreno he arrancado a mi próximo destino, una subida muy muy puñetera que hacía años ha, como parte de mi recorrido habitual de unos 12km. Pero esta vez nada de velocidad de crucero: la iba a esprintar. Empieza golosa la muy cabrona, en un desvío del camino principal que se aventura plano, pero rápidamente al enfilarla se hace cóncava y cada vez más empinada, lo cual solo es el aperitivo para 3 otras rampas casi idénticas, todas ellas de unos 50 metros, solo precedidas por sendos cortos terraplenes, con las cuales, en total, se cubren unos 50 metros de desnivel en no más de 200m. Hoy por hoy nos hemos quedado con el primer tramo, intentando subirlo a toda leche pese a la frustración que, añadida al cansancio de medio sprint, acarrea la inclinación creciente haciéndolo todo más complicado: nada de llegar glorioso a la meta, llegas lento, demacrado, con polvo en las orejas y el corazón en la boca. Oséase, lo que buscamos.
