Big...
Lo primero es que yo me recupero porque de alguna manera he podido mejorar esa capacidad de recuperación, pero no obstante, cada vez me cuesta más, cuando subo los pesos y me pego las palizas que me pego.
De hecho llevo unos días donde tengo altibajos, donde saco récord un día y el otro estoy para el arrastre y saco otro récord en otro ejercicio, pero claro, eso no es ni mucho menos lo habitual, ha sido casualidad y creo que sé el porqué...
Porque ese día que toqué los 100 en banca, los que nunca había tocado, que iba hecho polvo del día anterior, simplemente me dejé llevar por la sensación de no tener nada que hacer ese día en especial, que no tenía que buscar una cifra por narices ese día, y que la improvisación me llevaría a donde quisiera o pudiera, y ese creo que fue el secreto de ese día y de tantos otros donde después de ir, con ganas o no, después me alegro de haber ido, pues saco un rendimiento que no esperaba.
Aplicado a tu caso, como el mío por momentos, no buscar ganancias infinitamente, improvisar según el día, a fin de cuentas ya tenemos una experiencia en esto que nos permite actuar de esa manera, empezar poco a poco, sin saber dónde queremos llegar sino ampliando las series o las repes o cambiando de ejercicios, sin pensar, según nos vamos viendo en ese momento, que bien pudiera ser que tiráramos la barra al suelo y mandáramos todo al carajo, o por el contrario empezar a sumar y sumar.
Yo tengo una forma de hacerlo, que es no pensar en nada, es decir, me voy al gimnasio, y me voy al gimnasio. Me enchufo la música, una lista que anime en spotify, no hablo con nadie, y me pongo a hacer y pongo la mente en modo aritmético, es decir, a contar sin más, y cuando acabo de un ejercicio, me levanto y me voy a otro, sin pensar, sólo con esa premisa que antes he dicho en varias ocasiones, de intentar alternar el tirón con el empujón o viceversa.
Me da igual si después de un press banca me pongo a hacer dominadas, o a hacer remos, o a tirar peso muerto. En ese momento no lo pienso, sino cuando acabo con la serie, es cuando me levanto y me dirijo automáticamente a otro ejercicio contrario, a una máquina que esté libre, o a una barra para hacer el mono.
Cuando me saturo, me voy al baño, me mojo cara y manos y brazos y la nuca con agua fría, y vuelvo. Ese es un momento revulsivo que me da gasolina para seguir.
Normalmente acabo cuando o bien no puedo más, o bien se me hace tarde, o bien estoy hasta las narices. Me guío por el reloj que hay en la pared del gimnasio y distribuyo el tiempo que tengo dejando media hora final para hacer las superseries de 10x10 de porrompompeo que llamo. El anterior lo dedico al ejercicio de fuerza que tenga en mente que normalmente es el peso muerto y lo varío, cambio, biserio, o lo que sea según me vaya viendo en ese momento.
Puede que vaya con la mente puesta en tirar dobles y termino haciendo rack pull con prensa, o bien puede que vaya pensando en hacer rack pull y prensa y me pongo a hacer peso muerto y fondos, o press y dominadas.
Por ahora eso me permite estar cuerdo por momentos, porque entiendo la ansiedad que comentas, por un lado la que puedas tener por elementos externos a tu vida en el gimnasio, y esos implican lo que luego haces en él, pues no terminas de abstraerte.
Eres un tío grande y fuerte, aunque no te conozca, y con demasiada experiencia en el tema del gimnasio como para que cualquiera pueda venir a corregirte algo, pero a veces, improvisar, sin más, empezando poco a poco en el día, con un plan simple, tirar y empujar a partes iguales, y olvidarte de hacer miles de series y variantes del mismo ejercicio y patrón de movimiento, ayuda a despejar y además despista a la mente y te mantiene abstraído de lo de fuera.
Enfin, y en resumen, que vaya tocho te he dejado
1. La capacidad de recuperación ya sabemos que se puede entrenar. En mi caso creo que la conseguí ir mejorando cuando de forma intuitiva comencé a biseriar banca y dominadas y de ahí a otras variantes. El hecho de hacer otra cosa en vez de estar mirando el guasap o el face como hace los 99% de los clientes, me permitió mantener la mente aislada y centrada en donde estaba y por otro lado y sin darme cuenta, meterme unos volúmenes sin pensar que poco a poco me iban sumando y por supuesto haciendo que mejorara la recuperación entre las biseries, pues mantenía el cronómetro midiendo los 90 segundos o dos minutos entre biseries, como si del primer ejercicio se tratara. No fue algo buscado sino más al contrario, algo que surgió.
2. A grandes intensidades, grandes descansos. Una cosa que descubrí cuando estudiaba la carrera y los exámenes eran los supertochos que ya conoces es que cualquier momento que no estuviera delante de los folios debía ser aprovechado para descansar y concebir ese momento como descanso, ya fuera comiendo, desayunando etc, es decir, no comí y me echaba la siesta, pues acostumbré a mi cerebro a considerar la media hora de la comida como de descanso central, y así pues, después de comer, me ponía otra vez a estudiar y es más, estudiaba las dos horas de rigor y en vez de descansar unos minutos, me ponía a hacer tests o me ponía a estudiar la materia del siguiente examen...
3. Improvisar, fundamental para salir del ostracismo y de la carga de aburrimiento.